miércoles, 7 de octubre de 2009

Pues te cuento

Los martes es un día pesado, el más pesado de la semana para mi, aunque haga menos cosas en mi trabajo, la onda es de que entro una hora más temprano a la junta de las cinco, otra junta a las ocho y salgo un poco más tarde ¿a que hora? no se, tengo hora de entrada, muy puntual hijos de la chingada ah, pero la salida esa sí hasta que se pueda.
Ayer terminé como a las 0030 y me pase a hacerle unos arreglos a mi lap con un chavo que es una tola para todo eso. Media hora.
Salí y toda la raza de fotomecánica ya estaba afuera pa esperar el servicio de transporte y me encontré con un vecino, aclaro que vivo lejos, muy lejos, so far so far.
Pues le dije, vayámonos y vamonos pues.
Mi vato siempre, bien modosito, desvelandose me espera a la salida de mi trabajo.
Pues este pendejo de fotomecánica lo agandallo bien machin, que qué onda, que como estas, que a que vas a Estados Unidos y con quien, ya estas trabajando, uy que mala onda y que vas a hacer y todo un puto listado que nunca en su puta vida le dió chance a mi vato de preguntarme oye cabrón, como te fue, que paso porque te deshicieron tu página
NADA, era un vomito hablando, no se podía contener, era La Tarabilla,  y a mi, que me cargaba la verga.
Mi vato siempre así de modosito de bien portado y correcto contestando a todo, que sí, que no, que un problema, que mi hermano, una firma, pues no se, estoy pensando.
Ya harto y convencido que esto no iba a parar... ah sí cabrón hijo de tu puta madre, ¿no te callas? pos vamonos más rapidito, que le meto pata, iba por periférico a 120, no se si a ustedes les es poco o mucho, pa mi y mi vato iba hecho la mocha

Stop Señorita / tenga precaución / que por el periférico o-o / hay lobos hombres hoy

Mi vato pobrecito como que se dió color
— Gordo, ¿tas bien?
— Sí ese, no hay pedo
FRUUUUUUM

Digo, él siempre bien portado que es muy discreto, como me hubiera gustado que se hubiera convertido en un cualquiera, en un corriente arrabalero que le hubiera dicho a este hijo de la chingada

— Oye Bro, no estoy pa que me confieses y mi vida poco te debe de importar y la tuya me vale un pito, yo quiero saber de lo que le paso a mi matatena hoy en su trabajo así que limitate a oir y callate el puto hocico antes de que te lo escupa ¿te queda claro?

No, él no, él nunca, pero aunque poco podía hacer, lo poco me venía bien, es mi vecino pero en determinado momento, a tres cuadras de su casa le dije... aquí te me bajas, digo, no le dije así pero por aí.
Llegue con un raro sabor de boca a la casa, no se porqué tenía como burbujitas que me salían de las comisuras de los labios. Me dice mi jaina...
— Oye gordo, ps que te dieron celos?
y que me suelto, sí, como la loca ¿y qué?
— Pues sí, y un chingo, pobre pendejo que ya firmo, en su puta perra y malnacida vida se vuelve a trepar a este mi carro, EN SU VIDA, oyemelo bien, no estoy pa que cualquier pinche buga venga a robar cabrones, QUE SE VAYA A LA VERGA PINCHE GORDO ESTÚPIDO
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uf, ya descansé, un poco pero ai ta ai ta



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