Feliz, totalmente feliz, hago acuse de recibo, hoy regresé de Ciudad de México y no puedo ordenar mis ideas, me cuesta mucho trabajo hacer un órden cronológico, trataré por otra vía que no sea esta.
Ya sabes que vivo en Guadalajara y quiero acusar (así a la de chisme) que a el resto del país nos llegan noticias espantosas y chilangolandía carga un pesado lastre de su pasado cuando en vez de Jefe de Gobierno tenían regidor, son muy distintas las cosas ahora.
Se dice que esta plagado de violencia, mi vato de hecho me amenazó (lejos de avisarme) que tuviera todo el cuidado del planeta, extremar mis precauciones, que la mochila no la cargara como jotito boy scout, que me la llevara al frente porque en el metro de seguro me iban a rajar la mochila y solo vería como iría pasando mis trapos por todo el vagón en una esquisofrénica forma de robo, eso por decir lo de menos. Nada de eso pasó.
Ahora tengo la necesidad (muy mía) de ocultar el nombre del magnate que me recibó en su casa.
Lejos, muy lejos de las apariencias, muy a pesar de su apariencia, el vato es dueño de un negocio en el mero zócalo, en un mismo negocio tiene una estética, tatuajes, perforaciones y boutique extrema, al mismo tiempo no supe que hace o como tiene tanto poder en un determinado bar de allá.
Este vato es raro, tiene un modo de vida raro. No se preocupa por pendejadas y no hace escandalos si simple y sencillamente no tiene gas. Cuando yo llegué y nos ibamos a meter a la casa olvido las llaves de su palacio. Un lugar en el que fui tan feliz como un pinche enano.
A él nada le importó como fuera o no fuera vestido, mis greñas peinadas o despeinadas, que se me iban saliendo los calzones, nada de eso le importó cuando nos metimos al bar lleno de gente oscura y diferente a mí o cuando nos metimos a comer a los diferentes restaurantes o visitar del mismo modo la casa de los azulejos o el Palacio de Bellas Artes.
Fui una vez a Tepito y creo que no volví precisamente por más productos sino por sentir esa protección que en vez de hacerme sentir más débil, me hizo sentir más fuerte. No quiero comparar, de verdad, pero es que cuando voy con mi vato, no me toma por la mano sino que de su mano me arrastra por todo el bar y para alejarme e ir al baño tengo que dejar en empeño un beso.
Le platicaba a Juan...
— Cuando ibamos cerca de "Garibaldi" paso un borracho de esos jodidos y me amedrentó, me dio un putazo hacia un lado de la cara y de verdad en mi gran pendejez pensé que era parte del entorno, es que yo iba babosiando como diario viendo el "Blanquita", los mariacheros, escuchando los cuidados para tomarte tranquilo un pisto y viendo las vendimias, pues yo pensé que parte de ese entorno era el "borracho amedrentador"
— Ay vaKero, que pendejo estas
— Pues no se, yo iba atrás de este vato y cuando se dio cuenta que me chingo el puto borracho se regresó en putiza y le partió en su madre al pendejo
— Nooo vaKero, pos a güevo, estaba borracho, !que fácil!
— Sí, tan fácil como que un borracho te este chingando la borrega, porque bueno y sano no lo hace.
Yo ya emperrado por no valorar la gran valentía le dijé
— Mira Juan, se supone que esas cosas no se dicen, pero vi a este vato tan grande y omnipotente, con la omnipresencia sin dañarme que no dude en dar tres pasos abrazado a él, disimulando que saliamos de una cantina y él me dijo que porque lo dejaba de abrazar, le dije que porque nos iba a parar la patrulla
— Y te seguiste abrazado de él??
— Que comes que adivinas??
Es ahora que quiero gritar su nombre, a madres y que se oiga valiendome verga pero no, no lo puedo hacer.
Es de esos vatos que su presencia es tan dura que hace que los mismos cabrones de Tepito se suban a la banqueta.
Cuando llegue a mi casa, le dije que le iba a enseñar la foto de este vato, pero me quitó el celular para ver todas las fotos. !Desconfianza! cobarde desconfianza, pero hace bien, no es pendejo, es que desde que vio la foto sabe que es el tipo de perros que me gustan, cabrones, gandallas, güevudos.
Chale, puta madre, estoy como desatado, pero me vale vergas.
Salimos a dar un tour gay por la ciudad, dos bares gay bien corrientes hasta su puta madre, así como me gustan, pero no me gustaron, no cambia en nada las cosas en México City que en Guadajalara, los mismo putos brincones contorsionados y por consecuencia contorsionistas. Un bar y otro al lado, nada. Él mismo me dijo
— Mira vaKero, no me gustan mucho los vaqueros así de exóticos
Vamonos a la verga, la cita estaba en la inauguración del bar y dónde una morra le iba a dar las llaves de su mansión.
Un bar... darky, negro, sombrio, con chavos bien raros, agresivos pero me sentí más seguro al ver que ni lo revisaron ni cover pago y todos lo saludaban, chavos varoniles hasta la pader de enfrente.
Entramos y nada importaba, nada, si no ibas vestido igual que ellos, igual que él, con los ojos delineados de negro, todos vestidos de negro, con sus rostros descoloridos, no disfrazados, no, reales, maquillados a la usanda de los restos de la revolución industrial.
Me dice Juan...
— Es que yo ya he ido y a la gente de allá todo les vale madre, si te matan, si te asaltan, a esa gente no les importa nada
— No Juan, te equivocas, no es que les importe madres el resto, es que todos estan interesados en que todo se respete, todas las ideologías y que te dejen vivir no en la soledad del desinteres sino todos interesados en el respeto real y mutuo
No le agrado el comentario, me vale vergas.
Los chavos de un aspecto rudo, agresivo, intolerante, ladrones, miserias de una sociedad, pero no, te equivocas, asombrado de tal respeto le dije a mi compa...
— Sábes qué? me latería tomarme una foto con el DJ pero...
— Ah simón, ahorita vengo
El vato altisimo, con el pelo parado minimo unos 30 centimetros, y caido sobre el ojo unos centimetros parecidos, super extremo.
— Ya esta mi vakero, que nomas pasan dos canciones, pone a Blondie y le llega
Un vato que reivindica a todo lo que yo conocía, un vato tan accesible que si no sonrió para la foto fue para que mi foto quedara más dramatica, pero sali en la foto bien abrazado de esa extraña y amable criatura, ahora me quedo con la idea "pobre sociedad que no disfruta de la accesibilidad de ellos, !pendejos! que se la pierden".
Esto ya esta muy largo, ya tengo que cerrar este post.
Cuando ya iba a hacer las maletas, me abrazé fuertemente de mi dichado de virtudes y como esponja que aprietas, me la pase en llorar por dejarlo, en el mismo camión no paro mi estupida y maldita lágrima.
Me llevo a la central norte, ya tenía mi boleto reservado con tarjeta y al despedirme, y delante de todos (avisando que no fue el primero y deseando no ser el último) nos abrazamos y nos besamos con mucha ternura. Que mal haberle fallado a mi vato, que mal, pero nunca estuve tan orgulloso de mí. Si la gente nos vió o no nos vió, me da igual, seguro que a ellos también o quien sabe, es central camionera donde confluyen de todos los estados menos los citadinos.
Regreso a casa y las cosas no tenían porque haberse movido, le dije a mi vato con toda la delicadeza que era un chavo con una peligrosa inestabilidad laboral y ya me colgaba, poco le falto para decirme cuan ojete soy.
Cuando llegué a la central, no hubo un abrazo, menos un beso, sí un reclamo
— Y que? me extrañaste?
— Tanto que en tres dìas te envie 27 mensajes
— No es cierto, me mandaste solo 20
Bah
¿Va?
Gracias "C", gracias
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1 comentario:
kiubo chakal!
Ps chido que te fue bien aka en el df... abrazos!!!
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