— Juanita, mira nomas, ¿como te va?
Bien, hasta eso que bien Gera, oye, arréglame estas manos tan feas y
ponme uñas, pero poquito más cortas que las que me pusiste el mes pasado
— Ay mija, ¿no le gustaron a tu marido?
Y cosas parecidas, platicas similares eran las comunes en el salón de
belleza "Gerardo" que se las arreglaba como podía para atender cortes
y tintes y uñas que no le dejaba mucho dinero pero jalaban muchas
señoras y era ahí de donde se enteraba de sabrosos chismes
— Ay Yolanda la floja, hubieras llegado más temprano pero ya voy a cerrar
— No seas malito, alizame nomas el pelo que va a llegar mi novio
— Mañana Yolis, mañana querida y de mil amores
Es que Gerardo ya estaba cansado, los domingos también trabajaba y
aprovechaba los martes para cerrar temprano e irse al Caudillos a
hacer mil cosas, iba por una cerveza que no le alcanzaba pa más, a ver
si su vida sentimental daba un giro en los baños o si la tripa
apretaba pos venderse
Al llegar a casa era solo eso, llegar a casa e irse derechito al
cuarto a descansar un poco, a lo mejor saludar a mamá y esperar como
rata asustada la llegada del hermano mayor que a ese pendejo si le
festejaban su llegada, comida caliente y baño dispuesto, él si podía
fumar incluso junto con papá. No es que Gerardo le tuviera recelo a su
padre, pero pos ni lo voltiaba a ver, diario entretenido viendo el
partido en vivo, luego los comentarios, luego las reseñas, y luego la
repetición del partido en vivo y cerca de su hijo el mayor, el que no
daba vergüenzas.
Gera llegó a las cuatro de la tarde, descanso una media hora y metió
un plato seboso de alguna comida que aparecería una vez que se
calentara en el micro, de mientras calentó las tortillas y su mamá
entró a la cocina
— Ahorita te llevo la comida, ¿coca o seven?
— Lo que sea má' vengo bien harto
Se sentaron a platicar confundiendose entre madre e hijo y un par de
comadres para molestia del marido
— Apresúrate Gera porque el boiler ya esta y luego si no hay agua
caliente cuando tu hermano llegue, ya ves que a luego y rompe la
armonía de esta casa
Se fue a su cuarto y saco un pomito de jabón para tina de baño, aunque
no tenían, pos le hacía ilusión bañarse con tanta espuma de tan
poquito jabón. Con sus sandalias roídas su delgada y huesuda economía
corporal cruzo la sala y su padre nomas se giro un poco para no verlo.
En su cuarto, debajo de muchos pantalones saco un postizo de trasero y
en su cuerpo se unto crema de brillitos que saco del cuarto de la
hermana que también se la llevaba bien con ella. Un pantalón ajustado
y ya eran las nueve de la noche
— Ya me voy papá, vengo luego
— Sí hijo, que te vaya bien
Eso de la hipocresía les iba bien, al padre, le valía un pito a dónde iba.
Llegar al Caudillos y ver
tres fulanos de la entrada. Gerardo era una de esas chiquillas que
pedían una cerveza y con esa se quedaban toda la noche. Habrase
encontrado con un par de amigos por aquí, otros allá, un agarrón rumbo
al baño y un reojo en los mijitorios.
Vio a un gringo viejo medio panzón y ahí se quedó, a cambio de unos
besos muuy húmedos logró un par de cervezas más, ¿asco? pos hasta eso
que no a lo mejor un poco por la barba crecida mal arreglada y canosa
que salía de unos cachetes gordos flácidos, pero que más da, hoy había
tenido suerte de tener más de una cerveza para la noche. De cuando en
cuando bailaba él sólo porque el fulano ya era grande y ni bailar
sabía, a esa masa deforme le bastaba verle su culo con mirada lasciva
y agarrárselo mientras con la otra mano se amasaba su pito para
complacencia egoísta de ese señor.
La noche cambió tan bruscamente como brusco intentó Gerardo sacarle la
billetera y el señor se dio cuenta. Haciéndole manita de puerco lo
llevó con los de seguridad y sacaron a Gerardo del bar, quedándose en
la esquina con un grupito de travestis que anunciaban su cuerpo a los
carros que iban pasando. La noche ya no fue tan buena aunque ya traía
cinco cervezas gorriadas aunque a costa de una amenaza de que si
volvía lo iban a trepar a la patrulla. Amenazas van y vienen, ya se lo
habían dicho pero nunca pasaba nada. La noche, la noche ya se había
jodido y era mejor ya irse.
Se encontró con un cliente de la putería que iba saliendo del
Caudillos y pasaba cerca de su casa, por la avenida más próxima a su
"cantera" y le dio un aventón a cambio de írsela mamando en el camino
¿Qué más da? si hablamos de "tocar fondo"… no, mejor no hablemos de
eso que le vaya a tocar la Ley de Morphy, cuando algo va mal, puedo
estar pior.
Cuando llegó a casa, ¿queee? la luz de la entrada estaba prendida, ah
bueno, se les ha de haber olvidado o mi hermano se fue de parranda y a
él si le dejan la luz prendida.
Gerardo:
La cena esta en el horno, apaga la luz cuando llegues
Ah chingado y yo que pedo si no pinto ni el agua de jamaica en esta
casa, bueno, la cena esta en el horno. Cuatro tacos de frijoles
doraditos y otro recado
— El chile esta en el refris —
No mames, pos quien se murió que andan tan raros. Cenó. Es decir ¡¡¡le
dejaron la cena!!! Si se hubiera cepillado los dientes se hubiera dado
cuenta que algo pasaba en su cuerpo pero así se fue a dormir. ¿Cuatro
de la mañana? posiblemente. Durmió
Gerardo, como has cambiado
—Gerardo, ya esta el desayuno
Pero si apenas son las cinco de la mañana. Prendió la luz del cuarto y
se restregó la mano en la cara y algo sintió, ya algo no estaba bien.
Se incorporó de la cama y algo cayo y se sostuvo en su entrepierna.
¿Qué se revisaría primero? ¿La lija de su cara o ese raro peso que le
colgaba? Pues ese raro peso fue su propia verga ya circuncidada, pero
era una verga pesada, grande y ahora erecta. Sintió un poco de
confusión que se desvaneció al ver su cara, era una barba tupida no
crecida
— ¿Te vas a bañar, hijo? era la voz de su padre
—Sí, ai voy
Fut, ¿esa era su voz? se había engrosado considerablemente, tanto como
su pene que erecto como estaba manaba una baba amarga sin cesar
Se metió a bañar, desayuno rápido y se vistió. Unos dickies, una
camisa y sus tenis-tanque blanco.
Al salir de su cuarto, ya vestido vio una persona en la sala, no lo
conocía pero no le dio importancia.
—Ya me voy papá
El padre de Gerardo le abrió la camisa y le hizo una cruz con sus
manos en el pecho. ¿Su pecho? el nombre de su padre y su madre tatuado
en tinta, en real tatuaje. Seguro siempre lo traía pero no se había
dado cuenta.
Sacando una moneda de 10 pesos para dos camiones se despidió de su mamá.
En este camión hay que portarse bien, se sube gente medianamente
conocida, ya llegando al centro, tomando el otro camión, que lo dejaba
en la serie de casas nuevas, pos ahí sí dio un arrepegón a una morrita
que iba saliendo de trabajar de alguna cantina y luego le pusieron una
axila en la mera cara, seguro era Axe Chocolate y Brut 33, ai una rara
mescolanza
Llegando a las casas vio a sus compañeros de siempre alrededor de la
señora de los tamales. Algún compa le invito uno y aprovechando, pos
agarro uno de los caros, un tamal de costillita y él pago dos atoles,
nuez para su amigo y para él uno de masa.
Empezar el día, ya eran las 3 de la tarde y ya había empastado los
muros de cinco casas. Era hábil para muchas cosas, nomas que para eso,
naiden le ganaba.
— ¿Te traigo una coca, Gera?
— Siruelas machin, ahí te va 20 varos, me trais unas donas y te
disparo lo que quieras
Gerardo, inicia tu mareo
En eso se oyó un grito seguido de un muro que se cayo en la casa de a lado
— Inge, corrale que este compita ya se nos desgració
Gerardo rápido tiro la yana, fue al cuarto de los arquitectos y agarró
las llaves de su camioneta, una Lobo negra y rápido se lo llevó a la
Cruz Roja, era el segundo accidente de trabajo en la obra que dirigía.
En la Cruz Roja le dijeron que como era accidente de trabajo tenían
que llevárselo al Seguro.
Se lo llevaron al Seguro y recibió un beep en el Nextel, que no era
muy importante el accidente pero la incapacida' (sic) llegó a nada
menos que cuatro días. El asunto resuelto.
Gerardo machin, ya no entiendo nada
Recibió otro beep, era del Boxer, que ya estaba arreglado el rescate
pero el secuestrado andaba muy inquieto, hablador y jodón. Se fue a la
casa de seguridad dónde estaba el señor este que ni voltió a ver
cuando salió a trabajar.
— Mira cabrón, ya ponte en paz, el dinero ya se lo dieron al Boxer,
pero si no te calmas ahorita, ahorita vas a valer vergas, ¿estamos?
— Sí oiga, pero ya me quiero ir de aquí, todo esta arreglado, estoy
seguro que el dinero ya se lo dieron
Dio la orden que lo durmieran profundo para ya entregar al idiota en
la barranca de Huentitán, cambiaron las placas de la camioneta,
confirmaron que ya estaba depositado el dinero y lo regaron en tres
cuentas desvinculadas y, como en un trabajo de tantos, dejaron al
señor aquel, atado de manos y boca, aún dormido con una pastilla de
clonazepam y huyeron. Dejaron tirada la camioneta y sí conservaron los
dos carros en el que, en uno de ellos se iba a cambiar de la Lobo
negra al Marquis que decidieron conservar. Por el nextel dio otra
orden, acostumbrado a hacerlo.
—Este nextel va a la basura, me recogen en el bar de Periférico y la
carretera a Saltillo, invito los tragos pa que no se me amargen mis
pendejo
—Entendido,
ando medio nervioso, y de paso, pos ai le encargo un culito porfas
Avento el nextel y vio en la basura una hamburguesa en buen estado, y
unas tres papas cerca de ellas.
—A toda madre, ando bien perreado, desde hace tres días que no me
llevo a la boca algo decente, me la chingo y me voy al crucero pa ver
si saco dinero pa mojar la mona
Se encontró con sus amigos
—Kiobas Thor, ¿dónde anda el Xemehi?
—No se Gera, paso un carro bien chido y como que se lo llevó el vato,
ha de andar en un motel de por ahí
—Y que ¿sí andan dejando dinero?
—Poco, pero pa que veas que somos chidos contigo, ahí te va pa que
mojes tu mona y te dejamos tres semáforos pa ti solo, luego nos lo
turnamos ¿eh?
—Sobres, den chance de moniarme machin y ahorita le entro, ¿Quién
quiere un cacho de burger? me la acabo de encontrar y esta buena
Se la dio al vaKero que con fruición se la engulló. Se le abrió el
apetito y lo mitigo con un chorro de chemo que le dio el Thor.
Gerardo ya medio comido, bien moneado, vio la luz amarrilla del
semáforo, empezaba la oferta, eran tres semáforos para él y luego
tendría que compartirlo, en el primero saco un cigarro con agarrón de
pito, en el segundo una moneda de cinco pesos pero ya iban avanzando
los carros cuando uno de ellos le empujo con la defensa la cadera y
cayo de puras jetas sobre el pavimento, le dio mucho coraje y se
desquito en el tercer semáforo. Era un chevi al que se dirijió.
—Mochate con una moneda, ese
—Nel, no estés chingando
—No te estoy pidiendo gran cosa, no seas mamón
—Vete a la verga, pinche mugroso
Sintió como la adrenalina le adormeció los brazos, le mareó un poco la
cecera y desquitando su coraje, le aventó la botella al parabrisas con
fuerza
—Pinche agarrado, y pa si quieres échame a la patrulla, puto agarrado
Sí, fácil y con la chueca. Era el enésimo semáforo que ya no era de
él sino que ya se los iban a turnar y por una calle y por la otra le
llegó la policía
—Este fue oficial, me estrelló mi parabrisas
—No sea mamón compa, uste ya lo traiba jodido y me la quiere ensartar
a miguel, pos no
—No se preocupe señor, a este ya le habíamos echado el ojo.
Lo subieron a la camioneta de la metropolicía, directo a los separos,
llegó la mañana siguiente y como era enésima reincidencia, el
licenciado dictamino mejor llevarselo a La Grande, haya no dará más
problemas.
Iban los reos en la camioneta, varios callados, otros hasta
saludándose. Gerardo empezaba a recapacitar todas las vueltas que le
dio el destino, si la vida le hubiera dado la espalda con oportunidad
se la hubiera cogido, pero Gerardo era víctima de un torbellino de
emociones y cambios que cuando de verdad lo miró a lontananza, un
agujero se le hizo en el estomago herido de todos estos cambios que
era hasta ahora, y no antes, era sólo hasta ahora que paso por muchas
cosas en si apenas, uno o dos días, no, habrá sido un mes. No, no lo
se, preso de la confusión empezó a sudar frío y empezó a tener
arcadas, un vomito amarillo del que algún reo se ha de haber reído,
fue entonces cuando lo identifico su continuo compañero de celda en
los separos, el Boxer
—Ese Gera, calmese, haya en el "botiquín" hay comida de a gratis,
chemo, cigarros, ¿de que te preocupas?, ahora ¿porque te vas a
"guardar" un ratito?
—Boxer, amigo, no lo sé, no se quien soy, no se porque me encierran,
¿en que me he convertido?, ¿QUIÉN HIJOS DE LA CHINGADA SOY?
—Soy una inocente palomita blanca, aja, así dicen todos... pero ya alivianate que nos vamos a bajar de la limosina
Una rafaga de flashes iniciaron fuego sobre ellos, era la presentación de la película, de la cuál Gerardo era director y sobreponiendose a la nausea que le dio el temor de recorrer esa larga pelusera roja, paso por enmedio de los reporteros hasta la entrada donde se sintió un poco más seguro y aliviado a la fobia secreta por las multitudes. ¿El Boxer? se quedó atrás, a ese sí le gustaba la chorcha y se divertía gozando la fama dando firmas
1 comentario:
hijo de tu puta madre, si te fusilates textual los consejos para ligar wachos que tenia en mipagina y en los grupos, por lo menos pon que no lo escribiste tu ojete, como me cagan los putos vcomo tu que se plagian las cosas de otros blogs y grupos inche puto
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