Que viva mi desgracia

Ahora el pito, sí, ese que no funciona, ah, pues ya me dio lata, una infección, nos levantamos temprano, fuimos con el doctor, me da comezón al orinar, gotita, es decir,ahora gotota traicionera, limpia y transparente, orina debil; diagnostico, inflamación de la uretra con posible infección adicional a una infección débil en la garganta (ah, pero ahi estas mame y mame cabrón), que me ocasionaba un divino aliento a gato muerto en el hocico y estudio de orina, 50 pesitos pero la desmañanada ni Dios me la quita, ni modo, me la voy a hacer en la Cruz Roja. Ya fuimos por la medicina,una de ellas si la compramos en farmacia y la otra en las muestras. Tan tan, no la voy a hacer de llorar porque no, digo, lo mismo que le dije a mi abuelita, si nuestros cuerpos salieron jodidos y no son capaces de autoproveerse de sus protecciones, pos aqui "tejones que no hay lobos" (Coyotes sí, pero nomas lamen, y bien sabroso)

Íbamos pasando por la primaria a la hora del recreo en la mañana y las rejas retacadas de madres ofreciendo el desayuno o alguna tragadera a sus chilpayates y que se suelta mi marido, ay pobrecito...
— Fíjate que mi mamá nunca me llevó nada, me daban 20centavos, era una monedita de cobre y con eso compraba a la directora un birote que le ponia solo sala Tamazula etiquieta roja, mira, costaba 10 centavos, luego con 5 centavos compraba un jugo, y con los otros 5 centavos compraba un chicle un dulce o una paleta
— (lágrima de Remi, espero que recuerdes la caricatura y te cagues de la risa, el etsagerado no vino)
— Pinche vieja, nunca se le ocurrió darlos a 15 centavos con una oblea de jamón o de queso, pero luego no gastabamos del lunes al jueves y el viernes antes de entrar a la escuela entre el Ramón el "sabe quien" y yo, comprabamos con $2.50 pesotes, comprabamos que tres yogures, y luego jicamas y pepinos y un chingo de chile con limones y salesita y nos lo dividiamos y lo escondiamos en el pupitre, gacho si nos tocaba lectura, leiamos todos enchilados y entonces sí nos cachaba la maestra
— Córrele wey que ya se nos paso la parada del camión