La riata se rompe de lo más delgado, nuestra debilidad siempre fue la vida social, lejos de... bueno no, creo que es más bien consecuencia de la diferencia de edades.
A sido una lista muy larga, un amigo y luego otro, y luego una amiga y luego la vecina, y luego mis vecinos, todo va bien mientras nadie intervenga en nuestra relación, entre y le quite el más mínimo tiempo, un poco menos de atención, se muestra su inseguridad, se revela de inmediato, pero ya no quiero luchar más. Me dice el Juan:
— No cabrón, es que qué estas dispuesto a cambiar, vamos negociando esto
— Sabes que? no pienso cambiar nada, no quiero negociar nada y no quiero ya hecharle ganas ni luchar por algo que es un barril sin fondo
— Estas conciente de lo que dices? fijate que dijiste que no quieres negociar nada
— Efectivamente, si esto truena espero que no se cumpla lo que dices, que te largas a "Los" y no te vuelvo a ver
— Es que todo lo quieres a tu modo
— Bueno, entonces tu opción es que nos mandemos mucho a la chingada con un ojo morado y valiendonos verga lo que se hizo por más de tres años porque no se fuera mucho por el resumidero esto, no pos que a toda madre
— Pues ahora vas a ser tú el responsable de tus actos
— Tu actitud siempre a sido paternalista, y estate consiente que nunca he estado en proceso de aprendizaje para que ahora me sueltes la mano y ver si soy capaz de caminar solito.
Era la una de la mañana, agarre las llaves de mi carro que ya lo tiene todo madreado y retacado de multas y me largue por una cerveza, me encontré con un tipo en el oxxo comprando una madre llamada "Sky" y nos pusimos a platicar, llegue pasadas de las dos.
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