Atendiendo a la brevedad, a lo mejor y si me resulta, pero es que en mi día de descanso y horas antes de iniciarlo, me ocurrieron mil cosas de todos los colores y sinsabores, me llovió en mi milpita:
El jueves a las 11:30 de la noche llegó mi vato a esperar mi salida del trabajo y me dijo que andaba mal el carro, que nos fueramos así y que me levantará con él (06 de la mañana) y lo llevara al mecanico; están fueron las opciones:
— Mira wey, llevatelo a la casa de mis padres, te vienes para aca y nos vamos en la camioneta, en la mañana le hablo al mecánico para que lo recoja
— No, yo no me voy en la camioneta
Pa mis adentros pensé "yo no me junto con obreros plebeyos sudorosos y apestosos" me lo callé.
Baje y escuche el carro, jodidisimo, nomas tronaba la chingadera
— Vato, vete despacito por Vallarta y lo dejamos en casa de mis padres, no podemos andar así
— Pero no tenemos dinero para el taxi (un taxi y de noche, via libre directa y rápida no nos baja de 150 varos)
— No nos podemos ir así, vamos a dejarlo !! a la de ya !! a casa de mis padres
Mi papá nos abrió la cochera, se metió... y se salió, como no lo quiere, pretexto una pendejada y lo dejó en la esquina. Me dice:
— Habla al trabajo haber si conseguimos aventón en el último servicio
No, no lo conseguimos, ya se había ido. Nos salimos de la casa y nos fuimos caminando en busca de un taxi. Me dice
— Otra opción es que nos quedemos, tu en tu casa y yo me voy a casa de mi mamá
— No Juan, así no son las cosas, nos quedamos los dos en mi casa o en la tuya, como ya se que no te paras ahorita en mi casa y yo no puedo estar en la tuya, siguele caminando a buscar un taxi
— Otra opción es que nos quedemos en un hotel y ya en la mañana nos regresamos por el carro
— Sale
Ahi vamos caminando, desde Santa Tere hacia el centro por la de Hidalgo, me sentía, como en mis viejos tiempos, bien dueño de la noche, completamente pirujo, en busca de un hotel barato, todo iba bien; ah pues por alla de Hidalgo y Munguía, por la zona de liberación, que es demasiado lejos para ir caminando, él con su gigante portafolio y yo con mi mochila y con el portafolio de su compañero, es decir, ya medio cansadon, me dice:
— Otra opción es que nos quedemos a dormir en el carro
Pues ahi vamos a dormirnos en el carro, oi todas las campanadas de la noche, hasta que el primer chamión pasó, no dormí nada, una puta nada, cuando iba amaneciendo pegue el ojo si acaso una hora que oí a mi vato haciendo tresmil llamadas avisando y preparando el día para no ir a trabajar.
Como a las siete de la mañana, que iba amaneciendo me dice:
— Oye, tengo que ir a dejar el portafolio de mi compañero, te quedas en tu casa y nos vemos al rato
— No, te acompaño
— Mira, que quedate durmiendo un rato
— No
Sin saber porqué, estaba evitando mi casa
Dejamos el carro enfrente del taller cerrado y nos fuimos, a medio camino me baje del camión en la mera esquina de mi casa, 7 cuadras más arriba, se me empezó a bajar la presión. ¿Porqué?, sin cenar, sin desayunar, desmañanado y sin coger !noooo ps ta cabrón!.
Llegó y la gran sorpresa, pues yo otra vez, ya había estado a las 2 de la mañana y otra vez a las ocho, no pos ta raro. En chinga me agarra mi abue
— Hijo, no pude dormir, ve por mis inyecciones, ándale hijo, ´orita te doy dinero
— Oye, pero todavía no abren la farmacia (yo, bien parero, me sentía de la jodida)
— NOOO síiiiii, ya la habrieron
Me dice mi mamá
— Ay que mi mamá tan jodona
Eso lo alcanzó a oir mi abue y le caló
Cuando regreso de las inyecciones, discretamente y por casulidad abrí en mal momento la puerta, mi abue y mi mamá, es decir su mamá, se estaban dando un agarrón marca pinche miedo. Le dí las inyecciones y me fui a acostar
Ah, pues al rato pasa bien encabronada mi mamá y no se que le avienta a mi abue, luego me dice que me va a tapar para que este calientito, luego le sube a la tele a todo volumen. Mi abue ya llorando. Sin decir nada pero yo ya alterado me di el levantón y me largué de la casa.
— Chingada madre, ahora que diablos hago, ah, le voy a hablar a la bailarina, es la única que medio que vive cerca, pero no, esta embarazada, yo voy muy alterado, no puede ser, ah, le voy a hablar a mi tía T.J.
— Tía, que va a hacer ahora
— Pues, en una hora me salgo, voy al Santuario, a comprar un teléfono, a pelearme al Seguro un rato, luego al banco, luego al mandado, ¿porque?
— No tía, por nada, nos vemos
Me fui hacia el tren ligero rumbo a mi casa, estando ya en la estación me habla T.J. Sí, es que todo estaba muy raro, mi día de descanso, una llamada muy temprano, mi voz quebrada
— Mira vaKero, inmediatamente (y con voz imperante) vienes aca en un taxi, aquí te lo pago, no te tienes que andar metiendo en medio de esas dos pinches viejas locas (esas do "crazy woman" resultan ser, su hermana y su madre, ayyy que bonita familia).
Me salí de la estación, agarro un taxi y en el mero taxi, que me quebro, me empecé a frikiar bien culero, el llanto, morderme, mirada vacía y así fue hasta el desayuno, como a las 1130 de la mañana, es más, mi vato llego como de emergencia (luego de dejarle el portafolio) y medio que me controló.
Mi tía habló hasta por los codos y yo lloré hasta por... no se por "hasta dónde", pero créeme que mucho, eran las siete de la tarde y todavía tenía los ojos de "cherry tomeiros" y mi cara en el transcurso del día paso de amarrilla a papel, ya por la noche mejoró el color de la piel pero no mi semblante. Mi mirada perdida, supe que había perdido algo, no se que pero algo.
Hace tiempo ocurrió un encontronazo parecido, igual y por las mismas causas, en ese tiempo iba hasta cuatro veces a la casa, después de aquél día decidi ir menos, luego, ya más desesperado de los descuidos decidí ir los lunes porque los martes pasa la basura, y no más, ahora, no podrá ser así, extraño mucho a mi papá, lo quiero un montón, no extraño tanto a mi abue aunque la quiero mucho y ella necesita mucho de mi, nadie la pela y cuando voy le prendo el boiler, que un botón pegar, un jabón por comprar, cosas.
Ya no, ahora solo iré cada semana y media, lo siento. Mi papá me llamará, me dirá que vaya a comer a la casa pero no, ya no puedo, de verdad, ya no resisto ver pelos de perros en el comedor, la casa toda tirada, mi papá sin ropa limpia, la cocina fría como nariz de perro, mi abue confinada al olvido en un cuarto al que la acaban de cambiar y que ahora esta todo oscuro, eso sí, el cuarto de los tiliches repleto de sol pero mi abue en una tremenda oscuridad. Cuando le propuse que se fuera a vivir con nosotros (el día que se trenzaron también estas dos ladys) mi abue me dijo que no, que estaba muy agradecida con mi mamá, a pesar de que esa tarde le pego unos gritos tan iguales a los de hoy y que aquella vez, mi hermana la bailarina, mi vato y yo salimos llorando de la casa al ver la cerrazón de mi madre.
Ya no se puede así, el asunto, la vida en la casa esta !!pa su reputa madre!! paso
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