domingo, 8 de junio de 2008

Ibanos en el carro cuando...

Que hacen dos chavos cruzando una calle del centro a las seis de la tarde...
Es que iban abrazados y la historia de uno de ellos, de quien sea, es sencilla.
Uno le propuso al otro verse temprano el domingo
— Ah no te manches, mejor ni voy a dormir a mi casa, es casi a la hora que salgo del Caudillos y todo apestoso, na que, nos vemos a la una, ¿va?
— Ni tu ni yo, nos vemos al mero mediodía y tenemos chance de más rato
— Va pues
El sábado, una noche de antro para el uno, y para el otro... quien sabe, pero también fue noche de antro, supongo, y también supongo que fue el otro el que le mandó una cerveza al uno sin que se diera cuenta que el otro se la había mandado, pero tienen amigos diferentes y no se quieren gastar su pólvora en infiernitos.
Habrá salido, el uno, del bar, por ahí de las cuatro de la mañana y en cuanto apenas agarró un taxi se fué a su casa. Entre los libros de la escuela guardo un billete de a 200 que se negó a llevarse al bar. Lo bueno de eso es que no salió tan pedo, se tuvo que limitar a cinco cervezas y apartar unos 70 pesos máximo para el "taisi" como él dice. El otro.. bueno, le fue bien en la semana y no se vio tan apretado, aunque de esto no se enterara el uno.
A las 10 de la mañana sonó el despertador del celular del uno, y quitandose mucho la flojera se levantó de la cama, pero !oh! una erección...
— Para ahora o para el ratito, que hay pa todos, jeje
No, el uno se decidió que pa´l ratito, para hacer gala de su adolescencia
Un desayuno, una plática con la mamá
— Estas llegando muy noche, espero que esto no te vaya a salir mal con tus estudios
— No ma', ¿Ónde cree? ya sabe que le hechos los kukis, oiga, ya me voy
— Pero tomate tu café
— Paseme un pan pues
— Por favor hijo, no vayas a fumar
— Ay ma', ya me voy
— A dónde? a que hora llegas?
— Nos vamos a ver los de la escuela pa jugar un rato y nos vamos a ir a comer, llego en la noche, no se apure.
El uno pasó a su cuarto de nuevo, antes de un "shit" de perfume, cepillarse los dientes y enjuage bucal que le hizo que le ardiera la lengua pero iba con el aliento fresco.
Pues sí, el uno con el otro se vieron en el mero centro y fueron a comprar dos tortas ahogadas, cuatro tacos dorados sin carne y antes de meterse al hotel de la Calzada, mientras el uno pagaba, el otro compró un six de cervezas en la tienda de a lado que metió en su mochila, que ahora no cargaba ni su camisa ni un cambio de calcetines, era solo condones, gel para el pelo... y para lubricar sus deseos, un peine, un frasquito de perfume y espacio para el six que no vea el don del hotel que lo estaba metiendo. Ahora el six le toco pagarlo al otro mientras el uno le tocó el hotel. No eran buenos tiempos, pero eran los mejores para el amor.
...
...
...
Y es que pasaba el tiempo entre besos, los dos sin camisa mordiendo sus pezones y empujandose el uno al otro porque le dolía y el otro cagado de risa y el uno, pues siguiendo esas diversiones.
En algún momento se bañarón y fue sólo hasta el inicio de la tercera cerveza dónde se pudo lograr que uno de los dos fuera penetrado puesto que le dolía un montón por más que uno de los dos se lubricaba a sí mismo y a su ebrio amante.
Al fin y al cabo se logró. Es posible que haya dolido, lastimado, que se haya algo resquebrajado, pero era su amante, su ebrio amante.
En la copa felicidad y entre dos hombres más ¿que no?
— Regálame un poco de tu gel ¿sí?
— Ya sabes cabrón, no necesitas pedir nada, nomas tómalo, pero más me gustaría que los dos nos fueramos con el mismo perfume
— ¿A dónde?
— Vamos un rato al Máscaras y ya luego te vas
— ¿Invitas?
— Is barniz
— A propo ¿como te fue en tu trabajo?
Y es que apenas se pudieron dar tiempo para arreglar esas cosas estupidas que el calor, que el trabajo, que el dinero y que la casa.
Un adolescente con muchas hormonas desenfrenadas poco puede pensar frente a un chavo que de siete de la mañana hasta pasadas las seis de la tarde se la pasa trabajando toda la semana hasta sentir que se le van a abrir las manos de tanto thiner y solventes que maneja en su trabajo.
Iba yo en el carro junto con mi vato cuando pasaron dos chavos rumbo a, supongo, algún cercano bar y me pregunté con mucha ilusión...
¿Que hacen dos chavos cruzando una calle del centro a las seis de la tarde...?

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