A que mi tio Kiko tan pendejo

Fui al box y ya llevaba rompeda la mochila que me llevo, se me descoció de un tirante y le dije a mi papá que me diera el teléfono de mi tío Kiko.

Él es zapatero y tiene máquina de cocer industrial. Bueno, pos ahi voy con él

— Y tu que? sigues trabajando dónde mismo?

— Sí tío ahi...

— Tio, tio, soy tu primo cabrón, y sigues viviendo hasta´lla

— Sí, por haya andamos

— Y que, ya metiste vieja?

— No Kiko, vivo con un amigo

— Amigo? amigo?, mete una morra

— No tío, luego ni quien me ayude con los gastos

— No vaKero, es que estas muy guey, no le pidas las nalgas pa que no se crea con derecho...

—...

— Ya si te las suelta, pos nomas dí gracias, pero que no se quede a dormir en tu cama, para que no se tome derechos que no le corresponden, porque si pasa eso, se va a creer con derechos y ya valiste madre

Y ya pa que más le sigo, él le siguió en la plena convicción pero ni modo de sacarlo de ahí, es más, me dijo que ya me case, pero no porque me vaya a volver puto (que es lo de menos, con una aspirina se me cura), sino porque luego me voy a hacer muy exigente y que voy a andar pique y pique y no voy a sentar cabeza. Le iba a decir...

— No Kiko, si lo que quiero es que se sienten en mi cabeza pero un culo lleno de pelos y aceite Bardhal o ya de a tiro que se mochen pa mis chicles

Pero si le digo eso, tan emocionado estaba que de a tiro se hubiera puesto a llorar desconsolado y ver al alguien de su edad en esa situación es algo muy penoso, no gracias, ai muere, que siga en su fanasía de que lo voy a invitar a mi boda porque pansonie una ruca