Me han pasado mil cosas, la mayoría bien chidas, pero inicio con la más gacha para irme consolando con el resto.
Ayer por la noche no me sentí muy bien, muchos gases y comí y cené adisgusto, hoy sábado me dieron cuatro diarreas que me golpearon fuertemente el cerebro, sí, lloré inagotable, insaciable, con una gran desesperación, le hable a mi doctoricito y me dice que la onda de haber ido con mi tía a cuidarla al hospital me sigue dejando estragos, termino diciendote que no comí y que lloré mucho, mande a mi vato al trabajo con las piernas todas tembeleques lleno de angustía, punto y ni una queja más.
El jueves por la muy noche le dije a mi vato que el carro se oia de su chingada madre, era inminente otra ida al mecánico, pero le insistí que no era lo mismo un carro para transportarte que para trabajar, los Ford no están hechos para eso.
Se fue a trabajar a las 08am y como a las 0830 me despertó, que llevara de urgencia el carro con el mecánico, pos échate una desmañanada, aviso que el principito vaKero se levanta al mediodía si Dios le concede la gracia.
Pos ya lo deje, una visita bien en breve a la casa de mis padres y a huir se ha dicho.
Me fui al centro, le hable a mi exnovia que sí no tenía patinetas, pos que no, total de que me halle una patineta marca lanchonon emputezido, digo, de por sí estoy medio enano y esa tabla tan larga como mi pito, pero mira, mejor, brincas más padrote.
La halle en una jugetería y me la vendió un morrito bien sabroso, le dije que era mi regalo de Navidad, ya que la pague le dije que me la diera a modo de regalo, se me quedó viendo con cara de "juaaat", digo, muy natural, no por nada estoy en tratamiento psiquiátrico.
El vato estaba chido, me iba a tomar una foto con él, pero era el dueño de la tienda y andaba en chinga con esto de que ya es Navidad, y luego le llamaron para recibir la mercancía y luego le enviaron una alerta al nextel, o sea que estaba hasta el gorro de trabajo, eso te dice que no esta para caprichos y hasta más se emputaría aquél angelito de la calle y no, pos no, no se armó ¿que pendejo ´eda?
Me fui a la plaza tapatía y no se que chingados me paso que me dio pena, no lo entendí, todo emputado me largue a la casa, mal comi y me hablo mi vato, que me fuera por el carro...
— uy Juan, no pus ta cabrón, ya estoy en la casa (bajo el entendido que ya sabes que vivo en Tlajomulco de Zuñiga y regresarme a Santa Tere ta de la chingada)
—Bueno, entonces te veo en el centro y vamos al bar que me siento bien de la verga
O sea que todo el perro día me la pase tranportandome como jodido gitano.
Estabanos en el bar cuando me habló mi tía
— Hola hijo, como estas?
— Chido tía, andamos en el bar
— Es que mi michichito (su hijo, mi primo) quiere que te pruebes algo pero antes del lunes
— Voy para allá
Chidisimo, una chamarra de lana negra negra, muy fina, de a tiro pepona, indudablemente se lo agradezco mucho, es más, no he podido hallarlo para agradecerle el finisimo detalle, mi primo no vive con el celular, no entiendo a sus... 25 años que le valga vergas su celular, pero es que ha sido un asunto que mucho han insistido todos, mi madre, mis hermanas, mi vato, mi tía hasta el cansancio, todos me quieren ver vestido como para salir el sábado a misa de ocho, no jodas.
Es una chamarra preciosa, negra negra, no descolorida, de esas que se llevan a un lugar que hace mucho calor y hule reputiado que les llaman verdererías o rosaderías o tintorerías, saekemoo.
What else.
Hoy le oí la voz al Coyote, fue algo fantástico, fue chidisimo, lo oi muy calladito, a lo mejor andaba en un ligue, quien sabe, pero lo escuché.
Espero mañana estar ya alivianado.
Ya se me acabo el verbo
A la verch
sábado, 15 de diciembre de 2007
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