martes, 1 de abril de 2008

En la cama, que no se armó

Mi vato estaba jode y jode con que quiere "joder", que ya llevamos rato con una dieta de nopal (no-palitos) que ya me enfado, digo, todo iba bien, era domingo, íbamos a buen tiempo.
Mientras desayunamos estaba él cociendo las papas hasta que la casa inundose con su penetrante olor, sí, se le quemaron las papas.
Luego, en la comida se le quemó el arroz, es más, en la cazuela quedaron las marcas de arrocitos y no se los he podido quitar, no aguanté y me recontracague de la risa.
U u u, no hubiera hecho eso, que se monta en su macho y que se pone bien alterada (mi pareja, claro), y yo que no me aguantaba la risa. Pues claro, se nos sebó.
Ya iba medio encabronado (ahora yo) en el carro, porque no se me pudieron "cocer las habas" y de repente por la carretera a Chapala (es una laguna a dónde asisten las familias en un domingo familiar, creo que como los de Ciudad de México cuando pasean a Xochimilco), de repente por la carretera a Chapala pasa una camioneta perteneciente a un restaurant chino. Me dice mi vato...
— Mira, ya viste, en la camioneta llevan (desinflado) un dragón
Como yo ya iba caliente y no hallaba con que desquitarme, y digo, la ocasión hace al ladrón
— Órale que chido, lo han de haber capturado en Chapala
— Trais la de joder ¿verdad?
— No, la de joder no se pudo usar porque al señorito se le quemó el arroz
Nooooo, pos ya no me volvió a hablar, ni modo

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