viernes, 21 de septiembre de 2007

Bueno, no era mi intención

Hace unos días dije que no iba a escribir nada, que este espacio ya estaba bueno de tanta pinche lloradera, que lo que seguía era escribir algo chido, algo relajado, que la vida me mostraba otra cara.
No, no es así, y pasando por alto mi promesa de solo entrarle a platicar mi vida positiva y chida, que los proyectos, que el modelo para cerrar la serie de tres cuadros y mis ansias porque ya me suban a pelear. Todo se detuvo.
En la noche del jueves para viernes tuve un dolor muy fuerte y luego me fue bajando, no quedé a gusto y de todos modos tenía cita con el doctor:
Dx
No he avanzado con la medicina, es raro que las grasas naturales no las esté reteniendo, me puso un aparatito electrónico para medir la grasa y le salgo debiendo, tengo 3 por ciento, de masa muscular de 20 tengo abajo de 18. Con urgencia me pide un estudio —dicho sea de paso es caro— llamado "colon por edema de alto contraste".
En lo que llevo en mis trajiniadas por tanto doctor, en esta ocasión me supera... me supera el miedo, un gran temor y desesperación, mi vato se ha ofrecido para todo el apoyo que quiera, necesite y me haga falta. Mi familia me dijo que me apoyará económicamente que todos me quieren ver bien. Mi abuelita (pa si no estaba tensionado) se puso a llorar y me dijo que ya no aguanto ninguna enfermedad por ser tan delgado, la tuve que dejar llorando, no tenía fuerzas para entrarle a consolarla.
El temor viene a que para este estudio necesito una preparación en la que adelgazaré un poco (¿más?) como reacción secundaria, estoy muy triste.
No quisiera contar estas cosas aquí, pero me excuso en que ando entre compas.
Trataré de ya no llorar más, que además, no puedo estar tensionado.
Saco un mucho de provecho, cierto, serán malos días, no han sido de otro modo, pero una vez pasando esto, bien revisado mi estomago se sabrá cuál FUE el motivo por el que ALGUNA VEZ estuve tan delgado y con la ayuda de Dios, iniciar mi recuperación con prontitud.
Quien todo su miedo lo refugie en Dios, a ese alguien le pido una oración, a quien no, que me eche una porra, de verdad que siento una gran tristeza y un vacío muy raro.

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