martes, 15 de mayo de 2007

15 de mayo, 1030am

Se quedó toda la noche cuidándola, estaba en el área de urgencias, la pasaron a piso, se le detecto una infección grave en los pulmones, era difícil bajarle la temperatura, Juan una y otra vez le cambiaba el hilachito húmedo que la refrescaba.
Le dieron piso, se fue al 2-37-2, segundo piso, cuarto 37 la cama de enmedio, yo no me separé para nada de él, de mi muchachito, ya estando su mamá en cama, yo agarre una silla que me encontré, saque mi libro de "100 años de soledad" con plena convicción de no moverme, de repente desesperado sale Juan y me dice
— Vete, no puedo estar en dos lugares, no te has tomado la medicina, vete a dormir
— No mijo como crees
Con los dientes engarrotados, igual al bruxismo me dijo
— Vete por favor
Entendí que ese no era mi momento, en el camino me mando un mensaje, me pidió que solo le timbrará cuando llegará a casa
Le llame y me abrió la llamada, estamos tratando de no usar mucho el teléfono, menos en celular pero no traigo crédito, él estaba llorando, preocupado, con mucha angustia. Me dormí
Como a las 0830am, llegó a la casa, me decía que le pusieron oxigeno adicional nomas para esperar la llegada de los familiares.
Íbamos por 8 de julio, 1030am, ya habíamos pasado Av. Patria, recibe una llamada, cuelga
— Que pasó gordo?
— Ya
No necesitaba preguntar más.
Cuando pasamos por el templo expiatorio en el alto nos cambiamos, ya no coordinaba bien.
Como minibucerdo me di la vuelta prohibida directo al hospital, en la mera esquina ya saliendo estaba la familia, todos llorando.
Los trámites son lentos, jodones, no puedes adelantar pasos, pero mientras el tiempo te traga, de repente como a la 0100pm llega el servicio funerario, todo le toco a mi vato, firmas, datos, yo atrás de él, igualito que un llavero, a su vez y sin hablarnos ni una palabra, ahí estaba el hermano incomodo de Juan.
Dos personas del servicio funerario uniformados muy limpios, mi vato, su hermano y yo por todos los pasillos.
Servicio social del segundo piso nos dijo que no, que era ir a la central del servicio social en planta baja, nos bajamos en primer piso, confuso Juan subió las escaleras.
— Juan, vente, es hacia abajo
Los dos uniformados, uno adelante y el otro siempre atrás, para que nadie quedara fuera, con toda corrección y solicitud a la atención. Yo traía la ropa que sería entregada a la funeraria, quise arrancarle un botón al sweter que siempre usaba, no me atreví, vestirá una blusa rosita, así como su nombre.
De repente el de adelante pregunta con mirada dirigida a todo el contingente (Juan, su hermano y yo)
— Quien se encargará de reconocerla
Presto, con todos los huevos mi vato alzo la mano, su carnal ya no pudo y se retiró, ahí sí fue donde me cuartié, se metió a la sala, supongo que afirmo, bajaron un féretro vació y salio con la Señora Madre de mi pareja.
No es solo morir, no es solo estar al lado de tu pareja, son los servicio funerarios, las llamadas, ¿donde están los hermanos?, chingada madre ni que Estados Unidos fuera tan grande donde esta mi otro hermano?, cálmate Juan ya localizaron a uno y ya viene en camino, el panteón, la misa de cuerpo presente con las restricciones que tiene los horarios de una Iglesia, la querían a las 0400pm para que llegaran todos los hermanos, no hay sacerdote, será creo, al mediodía, en el templo del barrio de mis padres, donde a la señora gustaba de ir.
Empezaron a llegar al hospital, claro, como es debido, la hermana con el esposo y el hijo acompañándoles, el sobrino de Juan con su mujer, la esposa del hermano incomodo con toda solicitud para los trámites del funeral pero con su esposo aunque divorciados con el apoyo físico y tangible de ella y su hijo, bueno, Juan y yo al margen, marginados, es que la sociedad, es que la familia, y sí, aunque no estés de acuerdo, pos son las reglas, te aclimatas o te aclichingas.
Pero él sabe que siempre a su lado en lo que quiera se le antoje o necesite, soy su pareja y solos con las miradas directas hacia nuestros ojos sabemos que nos amamos.

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